Referencias alimenticias

A menudo, las preferencias alimenticias dependen de la cultura. En algunas culturas, alimentos como las ancas de rana son algo habitual, mientras que en otras no.

Los factores sociales también pueden hacer que las personas sean menos activas físicamente. Por ejemplo, no hace falta perder tiempo o energía para preparar las comidas, ya que todo está listo para servir o sólo requiere unos minutos de cocción en el microondas. Otros factores sociales que restringen la actividad física incluyen habitar en comunidades poco saludables, ver mucha televisión mientras empeña con el sistema quemando y gozando de esta web , llevar a cabo responsabilidades de trabajo, familiares y sociales que no implican ninguna actividad física, así como vivir en una zona con condiciones meteorológicas adversas. Muchas personas con sobrepeso identifican estos factores como los principales impedimentos para mantener un peso corporal saludable y los investigadores parecen confirmar dicha influencia. Hay cada vez más pruebas de que los hábitos sedentarios, como ver la televisión, se asocian a la obesidad, tanto en niños como en adultos. Un estudio realizado en niños en edad escolar de entre 11 y 13 años dio como resultado que aquellos niños que veían más de 2 horas de televisión cada tarde tenían más tendencia al sobrepeso o a la obesidad que los niños que veían la televisión durante menos de 2 horas cada tarde. Es interesante destacar que los adultos que aumentaron el tiempo dedicado a ver televisión en 20 horas semanales (unas 3 horas al día) durante un período de 9 años presentaron un aumento significativo en la circunferencia de la cintura y una importante ganancia de peso.

Por otro lado, la presión social para mantener un cuerpo en forma es suficiente para animar a muchos a comer demasiado poco o a evitar alimentos percibidos como “malos”, especialmente las grasas. Nuestra sociedad ridiculiza y, a menudo, aísla a las personas con sobrepeso, muchas de las cuales sufren discriminación en muchos ámbitos de su vida, incluido el laboral. Las imágenes de los medios de modelos con aspecto de desnutridas y de hombres con vaqueros ajustados y torsos y abdómenes musculosos animan a muchas personas con el factor quema grasa el factor (especialmente adolescentes y jóvenes) a saltarse comidas, seguir dietas de choque y hacer ejercicio de forma obsesiva. Incluso, algunas personas con un peso corporal normal tratan de alcanzar un objetivo de peso inalcanzable e irrealista .

Conviene dejar claro que el modo en que una persona gana, pierde y mantiene un peso corporal es un asunto complicado. La mayoría de las personas que tiene sobrepeso han intentado varios programas de pérdida de peso pero no han logrado mantener la perdida de peso pérdida de peso a largo plazo. Por ello, muchas de estas personas han abandonado todo intento de perder peso. Algunas, incluso, sufren importantes depresiones relacionadas con su peso corporal. ¿Deberíamos tildar a estas personas de fracasadas y seguir presionándolas para perder peso? Las personas que tienen sobrepeso, pero que están sanas (por ejemplo, bajos índices de tensión arterial, colesterol, triglicéridos y niveles de glucosa), ¿deberían perder peso? El apartado Debate: Nutrición que se encuentra al final de este capítulo hace referencia a estos problemas y permite debatir sobre cómo habría que abordar la creciente preocupación y prejuicios relacionados con la obesidad en nuestra sociedad.

 
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